Padre Dios, gracias por tu provisión fiel para nuestra familia día tras día. Gracias porque tenemos un lugar para vivir y porque cada día podemos tener algo para comer. Tú nos cuidas y nos ayudas siempre y por eso estamos muy agradecidos.
En este momento te damos gracias por los alimentos que están sobre nuestra mesa y que comeremos dentro de poco. Te ruego que sean de provecho para nuestros cuerpos y que nos den las fuerzas que necesitamos para seguir adelante. Ayúdanos a recordar siempre que tú eres el dador de todo lo bueno. En el nombre de Cristo Jesús, amén.